Brasil cierra unos juegos imperfectos, con un presidente de la republica incapaz de asistir por las crisis políticas a raíz de la sustitución de Dilma Rousseff
SOBERANO DIGITALPlano general de la ceremonia de clausura de la trigésima primera edición de los Juegos Olímpicos que se celebró ayer domingo en el estadio Maracanã de Río de Janeiro (Brasil).
LD
No fueron perfectos, pero sí memorables. Igual
que su país anfitrión. Desde aguas sucias hasta aguas verdes, un caso
telenovelesco de robo inventado y el adiós de dos leyendas, los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro dejaron recuerdos para todos los gustos, un
legado cuestionable para Brasil y un abanico de lecciones e
interrogantes para el próximo anfitrión Tokio.
BRASIL CUMPLÓ”... A MEDIAS. Las advertencias a los
viajeros olímpicos parecían sacadas de un manual de supervivencia: no
toque el agua contaminada, cuidado con los mosquitos, ojo con el crimen.
Pero más allá de algunos incidentes sin consecuencias graves, la justa
fue principalmente una fiesta de 17 días, si bien con bastantes menos
visitantes de lo que esperaban los organizadores.
En medio de su peor recesión en décadas, Brasil tuvo que montar el
espectáculo con enormes recortes presupuestarios. Aunque no afectaron
las pruebas deportivas, se sintieron en la reducción de voluntarios, la
ausencia de material promocional en la ciudad y otros detalles de
logística. Hasta hubo problemas con el agua de las piscinas de clavados y
waterpolo, que súbita e inexplicablemente se tornó verde en medio de
las competencias, y muchas sedes estuvieron medio vacías.
“Ha sido difícil”, comentó el vicepresidente del COI, John Coates.
“Para ser justos, en parte se debe a la situación económica y política
que impera”.
Los organizadores vendieron la idea de que uno de los legados de la
justa sería la limpieza de los cuerpos de agua de la ciudad,
especialmente la Bahía de Guanabara. Desde hace meses fue evidente que
esa meta no se lograría, y los vecinos de Río terminan los Juegos tal
como los empezaron: con un deficiente sistema de aguas residuales y
rodeados de cloacas.
Al menos cumplieron con la construcción de una extensión del metro
que conecta el centro de Río con el suburbio de Barra da Tijuca, donde
se ubicó el Parque Olímpico, y con la restauración de una zona portuaria
que estaba en el olvido. Después de varios retrasos y sobregiros, la
nueva línea fue inaugurada unos pocos días antes del inicio de los
Juegos a un costo de 3.000 millones de dólares, 25% más de lo que
originalmente se presupuestó.
La cuenta total de los Juegos fue de unos 12.000 millones, entre fondos públicos y privados.
LA DESPEDIDA DE DOS GRANDES. Usain Bolt y Michael Phelps. Dos nombres sinónimos de Juegos Olímpicos. Hasta ahora.
El mejor corredor y el más grande nadador de todos los tiempos
disputaron sus últimas justas y se despidieron a lo grande. Con su
espectáculo de siempre, Bolt logró su tercer triplete en las pruebas de
velocidad y se marcha del escenario olímpico con nueve medallas de oro,
las mismas que Carl Lewis y Paavo Nurmi.
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